"Lo que está para ti, aunque te quites y lo que no está, aunque te pongas"
Es fácil pasar de la perseverancia a la terquedad y de ahí a la necedad.
Aprender a reconocer y aceptar cuándo, cuánto y hasta dónde, te ahorrará sufrimiento.
Te ahorra situaciones y experiencias dolorosas que no te eran necesarias.
¿Identificas fácilmente la línea delgada que separa la perseverancia de la necedad?
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